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Pastor en Ceuta: “Nunca vimos nada igual”

ceuta

Por Daniel Hofkamp

Javier Santolaria nos explica de qué forma han vivido los acontecimientos de la última semana. Desde la iglesia se están preparando para atender las necesidades básicas de quienes todavía siguen en las calles.

Los habitantes de Ceuta buscan recuperar cierta normalidad tras vivir unos días de alto voltaje tras la llegada masiva de inmigrantes a través de la playa del Tarajal. Miles de marroquíes han sido ya devueltos a su país, aunque todavía quedan muchos en la ciudad, y lo que más preocupa, unos mil menores que siguen a la espera de ser reclamados por sus familias o derivados a otras Comunidades Autónomas, que el jueves se comprometieron a acoger unos 200.

“No terminábamos de creernos lo que estábamos viendo”, nos cuenta desde Ceuta Javier Santolaria al recordar lo ocurrido hace solo unos días. Eran “miles las personas que deambulaban por las calles. La mayoría se comportaban de forma pacífica, pero se han producido algunos altercados. Esto alteró completamente la vida de la ciudad”, afirma.

Santolaria es pastor de la iglesia evangélica Casa de Alabanza. Natural de Ceuta, lleva 20 años pastoreando esta iglesia local, situada en un barrio de la ciudad, donde la mayoría de sus vecinos son musulmanes. Allí se congregan regularmente unas cien personas de fe evangélica, aunque esta asistencia se ha visto afectada por la pandemia del covid-19. “Nos ha afectado como a todos, pero durante todo este tiempo hemos continuado con la misión de ser iglesia, cumpliendo con nuestro llamado”, explica Santolaria.

Menores

El pastor reconoce que en Ceuta están acostumbrados a lidiar con la migración, pero “no hemos visto nunca algo así. Aún hay padres que no han llevado sus hijos al colegio y comercios que permanecieron cerrados hasta el jueves, por miedo a que pudiera darse alguna situación difícil”.

Aunque se han producido muchas devoluciones, todavía quedan bastantes personas en la ciudad. “Muchos saben que, si son localizados e ingresados en un centro, serán deportados a su país. Por eso la mayoría quieren estar deambulando por la ciudad, escondidos, porque tienen miedo de ser devueltos. Hay momentos en los que todavía en la calle ves muchísimos chicos, sobre todo jóvenes. Hay aún cierta intranquilidad, porque no se sabe bien qué va a pasar con todas estas personas que siguen aquí”, expone Javier Santolaria.

Desde la administración se ha facilitado un teléfono para las familias marroquíes que quieran localizar a sus hijos, y de esta forma iniciar el proceso de reagrupación.

Los evangélicos reconocen estar sorprendidos como sus vecinos, pero insisten en “no perder el lado humanitario”. Saben que detrás de esta entrada masiva hay un aspecto político que no puede ser ignorado, dado que incluso algunos menores han explicado que vinieron engañados. “Incluso se ha informado que les pusieron autobuses diciéndoles que venían de excursión a Ceuta. Por eso no queremos perder el lado humanitario y queremos extender una mano y ayudar”, afirma el pastor.

La misión

Desde la iglesia ya se han puesto manos a la obra. Desde la Asociación Fundación y Desarrollo, brazo social de la iglesia, están aglutinando recursos de primera necesidad como ropa, calzado o elementos de higiene, “para distribuir y ayudar en la medida de lo posible a estas personas que estarán aquí, no sabemos durante cuánto tiempo”. Incluso el hecho de dar ayuda en estas circunstancias supone un reto, dado que hay vecinos que temen que se pueda generar un “efecto llamada”. “Eso no nos frena, pero es evidente que también entre nosotros hay a veces miedo e intranquilidad, y no es fácil reaccionar ante una situación así”, cuenta Javier Santolaria.

Pastor en Ceuta: “Nunca vimos nada igual”

Ya han recibido el apoyo de algunas organizaciones e iglesias de España para llevar a cabo esta labor, y están abiertos a recibir ayuda. El contacto de la Asociación es el correo [email protected]

Una situación tensa

Lo ocurrido esta semana ha despertado una gran inquietud en la población ceutí. Es por eso que desde la iglesia siguen pidiendo oración “para que podamos vivir en paz, y también para que podamos ser de ayuda”.

Santolaria reconoce que se ha generado una “tensión política” alrededor de esta situación que contagia a muchos ciudadanos. “Hay mucha irritación, por eso pedimos oración para que todo el malestar que se ha generado se vaya rebajando y podamos ser luz en medio de esta circunstancia”.

Fuente: Protestante Digital