Unidad y colaboración | CILTA
Hacer discípulos de todas las etnias de la tierra es un objetivo común entre las organizaciones socias de COMIBAM. Pero ¿cómo hacer discípulos, enseñar qué, si estas personas no tienen la Biblia en un idioma que puedan entender? Ahí es donde entran los traductores de la Biblia y su labor minuciosa, que requiere una formación muy sólida. Ese es el tema de esta entrevista con Francisco Linares, director de CILTA – Curso Internacional de Lingüística, Traducción y Alfabetización.
¿En qué consiste CILTA? ¿Hay algún requisito previo para los interesados en este curso?
CILTA es un curso de formación para quienes quieran trabajar en las áreas de lingüística descriptiva, traducción y alfabetización, donde hay necesidad de desarrollo lingüístico. Implica trabajar con lenguas minoritarias o menos conocidas. El programa del curso prevé una dedicación intensiva y, sí, es necesario que los candidatos tengan conocimientos previos de lingüística.
En términos prácticos, ¿qué hace la persona con lo que aprende en el curso?
Los alumnos son preparados para trabajar con pueblos ágrafos, es decir, que no tienen un sistema de escritura en su lengua. Aprenden los fundamentos de adquisición de una nueva lengua y también a trabajar con ella, organizando fonemas, creando letras, gramática. Parte del plan de estudios es común a todos, pero luego ellos deciden en qué área prefieren especializarse. Puede ser la traducción en sí o la alfabetización, es decir, enseñar a la gente de ese pueblo a leer y escribir en su propia lengua.
¿Así que el proceso contempla otros aspectos además de la traducción de la Biblia para un pueblo?
Exactamente. El objetivo es que un determinado pueblo tenga la Biblia en su propia lengua, pero hay un largo proceso para llegar a ese punto. Habrá que preparar material de alfabetización, por ejemplo, para que la gente pueda leer. De lo contrario, la Biblia escrita no tendría mucho sentido para ellos. También dedicamos atención a la vida espiritual del alumno y le preparamos para trabajar en equipo, incluso con personas de otros países. Es fundamental incorporar conocimientos de antropología y cultura para que haya una buena convivencia con el pueblo y que se comprendan y respeten los intereses de todos.
¿El curso es totalmente teórico?
Sí. Los alumnos tienen la oportunidad de hacer ejercicios prácticos, pero el enfoque se centra en darles las bases para el periodo práctico que tendrán en el futuro. No obstante, la teoría está muy basada en la práctica. Los profesores están altamente cualificados, con una profunda formación académica y experiencia sobre el terreno.
¿Las clases son presenciales? ¿Dónde se imparte el curso?
Las clases se imparten de forma presencial en nuestro centro de Lima, Perú. El curso es auspiciado por la Universidad Ricardo Palma y SIL International (Summer Institute of Linguistics SIL Global). Es el único curso en América Latina que ofrece esta amplia formación en lingüística en español. Existe un curso similar en portugués en Brasil.
¿Se orienta a los estudiantes a trabajar con algún pueblo específico? ¿Es siempre un campo pionero en el que iniciarse en el trabajo lingüístico?
Los estudiantes pueden elegir con quién trabajar. No será necesariamente un trabajo pionero, en el que no se haya hecho nada. Pueden unirse a equipos con trabajos en curso que necesiten refuerzo. Presentamos posibilidades y la decisión depende de cada uno, basándose en la dirección de Dios, la orientación de su pastor y otros factores.
¿Participa de alguna manera la comunidad a la que sirven en el proceso de traducción?
Por supuesto. Este es un punto extremadamente importante. Nuestra premisa es que no traducimos simplemente “para” el pueblo, sino “con” el pueblo. El misionero que va a estar entre ellos no debe llegar como un superior o “maestro de la verdad”, porque no lo es. Es un experto en lingüística, pero es alguien entre ellos que conoce a fondo la lengua y la cultura del pueblo. Y a medida que avanzamos en el proceso, aprovechamos oportunidades para discipular a las personas, especialmente a las más directamente implicadas, sin dejar de estar atentos a otras necesidades económicas y sociales de la comunidad.
Pero ¿no sería eso desviar el enfoque? ¿Se especializa uno en lingüística y tiene que atender, por ejemplo, una demanda social?
Siempre hay que tener en cuenta el contexto y, al mismo tiempo, mantener el foco. Pocas personas de fuera hablan la lengua de ese pueblo, así que el especialista en lingüística estará mediando en una serie de cuestiones. Es inevitable, pero no tiene que ser él quien tome medidas. Así que trabajamos en colaboración con otras organizaciones para actuar en armonía, cada uno en su especialidad. La traducción de la Biblia es una tarea integrada en una acción misionera más amplia, y nuestros estudiantes se preparan para enfrentarse a este tipo de situaciones.
Si desea más información sobre el Curso Internacional de Lingüística, Traducción y Alfabetización, póngase en contacto con https://ciltaglobal.com/contact