Del 24 al 26 de Agosto 2023 San José Costa Rica
Bajo la gracia del Señor se reunieron en San José, Costa Rica, 125 hermanos (as) de las regiones de Centroamérica, el Caribe, México e hispanos de Estados Unidos. Para reflexionar sobre la importancia del envío de obreros a las diferentes etnias de la tierra, en especial a las que aún no han sido alcanzadas.
La fue meta ambiciosa, primero necesitábamos rascar, escudriñar y ver cuáles son los obstáculos y desafíos que estamos viviendo en este tiempo presente, respecto al envío de obreros. Luego darnos a la tarea de indagar junto con el protagonista principal y muchas veces olvidado lamentablemente en nuestro movimiento misionero, el Espíritu Santo, decirle a Él que nos hiciera ver, lo que quizás no estamos captando, que respuestas podemos dar a la realidad actual del envío, que estrategias y cómo ser creativos para encontrar posibles soluciones a los desafíos que estamos viendo.
Y por supuesto repensar una y otra vez sobre cuales podrían ser algunas líneas de acción prácticas y concretas que pudiéramos realizar desde nuestras áreas de influencia, para seguir viendo la transformación de almas en las naciones de la tierra. Estaban representados los principales agentes de colaboración en el envío, pastores, líderes influyentes del continente, organizaciones misioneras en general, agencias de envío nacionales, internacionales, denominacionales, candidatos, misioneros, intercesores, colaboradores financieros. Todo este enorme potencial se reunió para contribuir significativamente al movimiento misionero iberoamericano en la tarea de enviar obreros a los campos.
El evento se circunscribió, en un clima espiritual guiados por la palabra de Dios, expresada en Lucas 10:2 “Y les decía: La mies a la verdad es mucha, más los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.” Dentro de este clima, sabíamos que necesitábamos tener tiempos de refrigerio espiritual a través de la adoración y rendición al Señor, fue muy hermoso, ver a todos estos lideres, orando fervientemente, tomando tiempos significativos de intercesión, por la etnias, por los pastores, liderazgo en general, las organizaciones misioneras, nuestros países y gobernantes, los que están en eminencia, en fin, entendíamos que el movimiento debe regresar a las manos de Jesús y del aliado que nos dejó para realizar la Misión del Padre, su Santo Espíritu.
Concluimos con una jornada de tres días de adoración, oración, la Palabra del Señor, análisis de la realidad, trabajos en equipo y conclusiones, los ejes estratégicos, que nos guiaron durante todo el evento. No sin antes, recordar con la cena del Señor, que fue por su sangre y sacrificio que este milagro de congregar gente de varias nacionalidades, estuviéramos dando testimonio que quien nos reunía, es el Cordero que fue Inmolado, pero que resucitó triunfante, que está en Gloria al lado del Padre y que muy pronto regresará por su iglesia. Terminamos con gratitud y celebración en donde el director ejecutivo de COMIBAM, Cristian Castro, nos desafío a pensar y ¿ahora qué?, nos invitó a realizar una o dos acciones concretas de cambio a nivel personal u organizacional, que pudieran transformar el rumbo del envío de obreros para los años que vienen.
Carlos Abarca | Área de Envío COMIBAM
